DIJO CONSIDERARSE "UN PATRIOTA" PORQUE, DE NO SERLO, NO HABRÍA LLEGADO TAN LEJOS CON SUS REVELACIONES
Edward Snowden preguntó a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EEUU sobre la legalidad de sus prácticas de vigilancia antes de filtrar en 2013 los documentos que revelaron el espionaje masivo y la acumulación de datos telefónicos, dijo ayer el exanalista en una entrevista televisiva.
Snowden aseguró a la cadena NBC que la NSA, para la que trabajaba a través de la contratista Booz Allen Hamilton, tiene documentos que acreditan que él solicitó información sobre la legalidad de las prácticas de la agencia y que la respuesta fue que "dejara de hacer preguntas".
La entrevista del periodista de la NBC Brian Williams a Snowden en Moscú, donde está asilado, es la primera del exanalista en una televisión de su país y fue muy comentada en la red social Twitter, donde la cadena animaba a los ciudadanos a opinar si consideraban al técnico "un patriota o un traidor".
Horas antes de la entrevista y en reacción a un adelanto emitido en la noche del martes, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, tachó a Snowden de "cobarde" y "traidor", en declaraciones a la cadena MSNBC, y le emplazó a que se comportara "como un hombre" y volviera a EEUU, en unos comentarios a la CBS.
En su entrevista con la NBC, de una hora, Snowden dijo considerarse "un patriota" porque, de no serlo, no habría llegado tan lejos con sus revelaciones.
Preguntado sobre una eventual vuelta a Estados Unidos, Snowden esgrimió que si no regresa a su país es porque cree que no tendría un juicio justo.
"No creo que haya ninguna duda sobre que quiero volver a casa. Desde el primer día he dicho que estoy haciendo esto para servir a mi país. Ahora, no soy yo quien tiene que decir si la amnistía o la clemencia serán algún día una posibilidad. Esto es una decisión del pueblo y del Gobierno. Pero si yo pudiera ir a cualquier lugar del mundo, ese lugar sería mi tierra", confesó.
Aunque ha vivido casi un año asilado en Rusia, Snowden asegura que no tiene ninguna relación con el Gobierno de ese país.
"Nunca he visto al presidente ruso (Vladímir Putin) y no recibo apoyo ni dinero del Gobierno ruso. No soy un espía", subrayó.
Snowden aseguró asimismo que los analistas de la NSA "pueden ver las comunicaciones de Internet de los ciudadanos, su correspondencia en la red, sus pensamientos mientras teclean".
"Esto es una intrusión extraordinaria -del Gobierno- en la manera en la que piensas", consideró.
El exanalista no especificó más sobre estas supuestas prácticas, pero dijo haberlas visto cuando trabajaba para la agencia.
El periodista Brian Williams anunció durante la conversación con Snowden que su cadena ha confirmado con "numerosas fuentes" que la NSA tiene al menos un correo electrónico de Snowden en el que solicita información sobre la autorización legal de la agencia para llevar a cabo sus programas de vigilancia.
En un adelanto de la entrevista emitido en la noche del martes, Snowden dijo haber sido entrenado como un "espía" y defendió que es un experto que asesoró a funcionarios del Gobierno del más alto nivel.
"Fui entrenado como un espía en el sentido tradicional de la palabra. Viví y trabajé en el extranjero de manera encubierta, fingiendo que trabajaba en algo en lo que no trabajaba, e incluso se me fue asignado un nombre que no era el mío", relató Snowden.
"Soy un especialista técnico. Un experto. He trabajado a todos los niveles, desde el más bajo al más alto. Por eso cuando dicen -desde el Gobierno- que soy un administrador de sistemas de baja categoría que no sé de lo que hablo, yo digo que eso es un poco engañoso", añadió.
Cuando salieron a luz sus revelaciones sobre la NSA, el presidente de EEUU, Barack Obama, dijo: "No voy a enviar un avión de reacción para detener a un pirata informático de 29 años, pero haremos todo lo posible para que sea detenido y juzgado".
La primera gran consecuencia legislativa de las filtraciones de Snowden llegó la semana pasada, cuando la Cámara de Representantes aprobó que se ponga fin al almacenamiento masivo de datos telefónicos por parte de la NSA.
Hasta ahora, la mayor agencia de espionaje electrónico de EEUU podía pedir autorización para hacer acopio de estas conexiones y almacenarlas en su propia base de datos durante años con el propósito de realizar análisis de Inteligencia que en ocasiones excedían la justificación que motivó la orden judicial inicial.