SANTIAGO. Darwin Guerrero, el joven capitaleño que el 6 de enero pasado le pidió matrimonio a Anyelina Paulino, en el transcurso de un juego en el estadio Cibao, entre las Águilas Cibaeñas y los Tigres del Licey, la tarde de este domingo volvió con ella al parque deportivo, pero ya convertidos en esposos.
Y lo hicieron para compartir con la fanaticada de ambos equipos que se congregó en el lugar la felicidad que les embarga, tras haber enlazados sus vidas por el vínculo del matrimonio.
La noche del 6 de enero Cupido se soltó en el estadio, sede de las Aguilas, pues también Eriksson Yael Cid le solicitó matrimonio a su novia Firelis García Blanco.
La pasada semana, Darwin y Anyelina cumplieron su compromiso de casarse y lo hicieron en un hotel de Bávaro, con la presencia de familiares y amigos que fueron invitados para la ocasión.
Pero este domingo quisieron regresar al parque Cibao, ocupar los mismos asientos donde estuvieron en aquella ocasión y, a través de la transmisión, Darwin agradeció a la directiva de las Águilas haberle permitido entonces pedirle matrimonio a Anyelina.
Ella, de su lado, irradiando la felicidad de ser esposa de él, dio las gracias al conjunto mamey “por permitirnos este domingo venir a compartir nuestra alegría con los fanáticos presentes”.
El hecho de que Darwin escogiera el parque Cibao para ese 6 de enero pedirle a Anyelina matrimonio y que ayer regresaran al mismo lugar no fue producto del azar.
Resulta que en ambas ocasiones la novena local recibió a los Tigres del Licey. Anyelina, nativa de esta ciudad, es fanática de las Águilas y Darwin, de los Tigres. En ambas ocasiones el equipo capitaleño resultó ganador, aquella vez 1-0 y anoche 5-3.
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