jueves, 21 de marzo de 2013

Niños sufren por pérdida de su madre en un feminicidio

                           

Una menor de siete años que ocultaba su rostro abrazada de una prima, lloraba desconsolada la muerte de su madre Altagracia Aquino, de 39 años, mientras sus hermanitos de 13 y 17 trataban de evadir la cruda realidad.
La vivienda número 81 del sector Nueva Esperanza de Guarícano recibió el cuerpo sin vida de la mujer, pasadas las 11 de la mañana, 15 minutos después el ataúd fue sacado de la casa y trasladado al municipio Restauración, de la provincia Dajabón, de donde era oriunda, para recibir sepultura como ella quería, según una prima; “justo al lado de su hermano mellizo, quien muriera a los 17 años”.
Altagracia y Mercedes Benítez, quienes eran amigas, fueron asesinadas el martes pasadas las 3:00 de la tarde, por Porfirio Bruno Peralta, de 46 años, exesposo de Benítez, quien terminó quitándose la vida. Según narraron vecinos, la pareja tenía un mes y días de separados, luego de una relación de más de 12 años en la que procrearon tres menores que hoy quedan en la orfandad. Dijeron que luego de la ruptura, Mercedes se fue del sector para su natal Cotuí, dejando los hijos con su padre.
Los residentes del sector indicaron que el victimario, quien conchaba en la ruta 6B de Guarícano, no aparentaba ser un hombre violento.
Sin embargo, algunos aseguraron que él golpeaba a su exesposa en ocasiones. Una cuñada de Altagracia contó que él había tenido otro matrimonio, donde practicaba la violencia.
Miguel Corporán, quien dice haber comprado el colmado La Economía, que le pertenecía al hoy occiso, y quien asegura haber visto al hombre antes de suicidarse, relató que la mujer se había trasladado desde Cotuí a la casa del padre de Peralta para ver a sus hijos.
“Ella vino y cuando uno de los niños le dijo a Peralta que ella venía a verlos, él dijo: me voy a ir de aquí para ni siquiera verla”.
Narró que tiempo después él se dirigió a la casa de su progenitor, donde encontró a su exmujer cortándole las uñas a su padre, y le propinó varios disparos.
“Luego subió aquí, yo estaba arreglando unos plátanos y escuché tres tiros, mató a la vecina. Cuando salgo lo veo, tiene la guagua parada con la puerta abierta, lo veo tembloroso, me dice que tiene problemas…”.
Luego, según Corporán, el hombre penetró en su casa, ubicada al lado del establecimiento, cerró la puerta y se suicidó.

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