sábado, 11 de octubre de 2014

Malala y Satyarthi ganan el Nobel de la Paz

                   
La paquistaní Malala Yousafzai, que sobrevivió a un ataque del Talibán, se convirtió ayer en la ganadora más joven de Nobel cuando ella y el indio Kailash Satyarthi fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz por su labor para proteger a los niños de la esclavitud, el extremismo y el trabajo infantil, aun a gran riesgo de sus propias vidas.
Con el otorgamiento de la distinción a una joven musulmana de 17 años y a un hindú de 60, el Comité Noruego del Nobel vinculó el galardón de la paz con conflictos entre religiones en el mundo y entre países vecinos que poseen armas nucleares, a la vez que llama la atención hacia los derechos de la infancia.     
"Este premio es para todos aquellos niños que carecen de voz, cuyas voces necesitan ser escuchadas", dijo Malala, quien optó por concluir su día en la escuela en la ciudad de Birmingham, en el centro de Inglaterra, antes de hacer declaraciones a la prensa.     
Los niños "tienen el derecho a recibir educación de calidad. Tienen el derecho a estar protegidos del trabajo infantil, a no sufrir el tráfico de menores. Tienen el derecho a vivir una vida feliz", agregó.     
Consideró un honor compartir el galardón con Satyarthi, quien ha trabajado incansablemente a favor de la protección de los niños, e invitó a los primeros ministros de India y Pakistán a que asistan en diciembre a la ceremonia de entrega del Nobel.      Satyarthi ha estado al frente de un movimiento global para terminar con la esclavitud y la explotación laboral infantil, a la que describió como una "mancha para la humanidad".     
"La esclavitud infantil es un crimen contra la humanidad. La humanidad misma está en riesgo aquí. Falta mucho trabajo por hacer, pero yo habré de ver el fin del trabajo infantil en mi vida", declaró Satyarthi a The Associated Press desde su oficina en Nueva Delhi.     
La noticia de la entrega del galardón suscitó celebraciones en las calles de Mingora, la localidad natal de Malala en el conflictivo Valle de Swat, en Pakistán, donde los habitantes intercambiaban saludos y distribuían dulces.     
En la escuela pública local Jushal, que pertenece al padre de Malala y donde ella estudiaba, los alumnos danzaban y brincaban de felicidad.     
Cuando Malala asistía a esta escuela, fue baleada en la cabeza por un talibán hace dos años porque ella insistía en que las niñas, al igual que los niños, tenían derecho a la educación.     
Sobrevivió después de varias cirugías con la asistencia de médicos británicos; continuó con su activismo y sus estudios.      Malala estaba en una clase de química cuando el Nobel de la Paz fue anunciado y ella permaneció con sus compañeros en la Secundaria Edgbaston para niñas.     
El padre de Malala, Ziauddin Yusafzai, dijo que la decisión del Nobel dará mayor impulso a los derechos de las niñas. "(El Nobel) aumentará la valentía de Malala y su capacidad para trabajar a favor de la causa de la educación de las niñas", dijo Yusafzai a la AP.     
Malala es por mucho la laureada más joven de un Nobel; tiene ocho años menos que el ganador del galardón de Física en 1915, Laurence Bragg, de 25 años. Antes de Malala, la anterior ganadora más joven del galardón de la paz fue la yemení Tawakul Karman, de 32 años, una activista de los derechos de las mujeres que compartió el premio en 2011.     
En Washington, el presidente Barack Obama describió el anuncio del Nobel de la Paz como "una victoria para todos los que luchan por sostener la dignidad de todo ser humano".     
"Malala y Kailash han enfrentado amenazas e intimidación, han arriesgado sus propias vidas a fin de salvar a otros y construir un mundo mejor para las futuras generaciones", declaró Obama en un comunicado.     
En un tuit, la primera dama, Michelle Obama, afirmó de ambos galardonados: "Ustedes son héroes para mí y para millones en todo el mundo".      El presidente del Comité Nobel, Thorbjoern Jagland, dijo que era importante recompensar a un hindú de la India y a una musulmana de Pakistán por su lucha común a favor de la educación y en contra del extremismo. Ambos se repartirán los 1,1 millones de dólares del premio.     
"Hay mucho extremismo proveniente de esta región del mundo. Se debe en parte a que los jóvenes no tienen un futuro. No tienen educación. No tienen empleo", declaró Jagland a la AP. El primer ministro de Pakistán, Chaudhry Nisar Ali Jan, dijo que la decisión "ha enorgullecido a todo Pakistán".
El presidente de India, Pranab Mukherjee, señaló que el premio es un reconocimiento a "las contribuciones de la vibrante sociedad civil de India para la solución de problemas sociales complejos, como el trabajo infantil".     

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