lunes, 6 de octubre de 2014

Talento, encanto y mucha juventud

                      
La música sigue siendo la estrella. La noche del sábado, Bruno Mars, el artista más esperado de la cartelera de esta edición del Festival Presidente, tuvo su momento. Una actuación de una calidad pocas veces vista por estos lados, y que perdurará por mucho tiempo en la memoria de aquellos que tuvieron la oportunidad de verla.
Mars (Honolulú, Hawái, 1985) mostró, desde que apareció en escena, cerca de las 12:30 de la madrugada de ayer domingo, un talento que no admite discusión, condimentado por su encanto, profesionalidad y sobretodo, respeto por el público al ofrecer una actuación en la que se entregó por completo.
Acompañado de una banda tan entusiasta como él, y en la que la sección de metales no solo tocó de manera excelente, sino que bailaron desde el principio, mostrando que disfrutaban tanto o más que los espectadores.
Una agrupación de gente joven, que hace música nueva pero cargada de la influencia de las grandes bandas de blues y de soul del sur de Estados Unidos.  Una herencia que han mostrado con orgullo en la actuación de este sábado.
Una presentación en la que lo importante es la instrumentación, por encima de los efectos visuales, fuegos artificiales o música secuenciada.
Bruno Mars, quien cerraba aquí su The Moonshine Jungle Tour, una gira que lo ha movido a través  muchas ciudades alrededor del mundo, demostraba que la juventud es capaz de apreciar buena música y bien tocada.
R&B, rock, reggae,  pop, son algunas de los géneros que han influenciado a este joven artista y que a medida que sonaban las canciones en este espectáculo, se podían identificar.
Pero lo que más se evidencia al ver en escena a Bruno Mars es la marcada influencia que sobre él ha dejado Michael Jackson.
Esto se pudo apreciar en su manera de bailar, el juego de luces, que en ocasiones lo dejaba en una silueta recortada por las sombras, tal y como se vio en muchas ocasiones al llamado “Rey del pop, así como también las inflexiones en su forma de cantar, sobre todo sus temas de Rhythm and blues.
Con un sombrero blanco y una camisa colorida, Bruno encendió más la noche con “Moonshine”, “Natalie” y “Treasure”, primeras canciones de un repertorio de 15 temas. Cantante, compositor y productor, Mars mostró en escena que es capaz de tocar varios instrumentos, y en algunas canciones tocó guitarra eléctrica y en la parte final del espectáculo, echó mano de la batería, haciendo un solo que fue ovacionado.
Este toque de batería sirvió de entrada a la canción “Locked Out of Heaven”, uno de sus más populares temas, para luego cerrar la noche con “Gorilla”, luego de una hora y media sobre el escenario.
Impresionante montaje 
Bruno Mars llegó al impresionante escenario del Festival Presidente en su segundo día, cerrando una cartelera que incluyó un segmento salsero con Chiquito Team Band, Yiyo Sarante, Sexappeal y Alex Matos, y uno de merengue con Miriam Cruz y Héctor Acosta. 
Antes de su actuación también pasaron por el escenario el bachatero Prince Royce y el reguetonero Daddy Yankee. Luego de un magnífico despliegue de fuegos artificiales que llenaron de luz y color el cielo del estadio, se hizo descorrer un telón tras el cual apareció, junto a los miembros de su banda, sin el divismo propio de una figura que vive un momento estelar en su carrera. 
Entre uno y otro artista la música no se detenía, ya que Dj Lobo estuvo a cargo de llenar estos espacios con su selección de temas populares de bachata, merengue, salsa y música urbana.

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