ADVIRTIERON QUE HACER GUERRA DE GUERRILLAS EN EL PAÍS ERA UN SUICIDIO
Narciso Isa Conde logró un pasaporte con el nombre de Pedro Hernández para
salir de manera clandestina hacia España, con una primera misión de encontrarse
con el derrocado presidente Juan Bosch; y luego a Cuba, a coordinar con el
coronel Francisco Alberto Caamaño, planes para reemprender la vía armada en la
post guerra de abril para enfrentar el régimen “terrorista de Joaquín Balaguer,
de factura estadounidense y neotrujillista”.
Se hizo una calva pronunciada, para esa época tenía cabello, se puso lentes y varió considerablemente, con maquillaje, ciertos rasgos de la cara.
El dirigente de izquierda narra en su reciente libro Revelaciones, de 253 páginas, cómo fue enviado al extranjero por el Partido Comunista Dominicano (PCD), del cual era secretario general, para diligenciar la unidad entre Bosch y Caamaño y continuar la lucha revolucionaria.
Sus conversaciones con Caamaño se produjeron en dos fases durante el período 1968- 71. En la primera etapa en su estadía en Cuba, Isa Conde se reunía de lunes a viernes con Caamaño, de 4:00 de la tarde a 7:00 de la noche, con un paréntesis de unos 15 días que el líder constitucionalista no se presentó sin explicación, hasta que se reanudaron las reuniones y se acordaron puntos por escritos.
Frente al régimen de Balaguer, que calificaban despótico y entreguista, con absoluta dependencia económica, política y militar del país, con respecto al ‘imperialismo norteamericano’, acordaron inicialmente por escrito luchar por su derrocamiento.
Su viaje estaba motivado en que en 1968 regresaba al país desde Cuba y Europa, José Israel Cuello, miembro del Comité Central del PCD, y quien junto a Asdrúbal Domínguez y a otros, dirigentes de esa organización, que entrenaban militarmente en la vecina isla, habían hablado con Caamaño, quien solicitó conversaciones de más alto nivel. El primero en reunirse con Caamaño fue el periodista Orlando Martínez, cuando el PCD lo designó a principios de 1966 representante ante la Federación Mundial de las Juventudes Democráticas, con sede en Budapest, Hungría.
En su informe, el autor evoca que Martínez le informó por delicadas vías clandestinas la aproximación de Caamaño a la Revolución Cubana y que estaba fascinado con la figura de Ernesto Che Guevara. “El hombre se ha radicalizado”, le dijo emocionado.
Isa Conde recuerda que conocía bien a Caamaño desde el Comando Político de la Revolución en el país, integrado por el PRD, 1J4, MPD, PCD, y de un sector del Partido Revolucionario Socialcristiano (PRSC). Recibió con los cubanos curso de manejo de tiro con todo tipo de armas, incluido granadas y morteros. Luego recibió un curso de organización de resistencia urbana.
Caamaño, líder militar y presidente constitucional del país, lideró la lucha contra la intervención de los Estados Unidos en abril de 1965, en procura de la restitución del derrocado presidente Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963. Finalizada la guerra de abril, Caamaño salió el 22 de enero de 1966 a Londres donde fue enviado como ‘agregado militar’. Su traslado a Cuba el 24 de octubre de 1967 es conocido como la Operación Estrella.
Esa inclinación de Caamaño por ir a Cuba a emprender una acción guerrillera, dice Isa Conde, podría explicar su negativa a ser candidato a la Vicepresidencia en los comicios de 1966 como acompañante de Bosch. En España Bosch le dijo que quería visitar a Caamaño a Cuba, pero no recibió respuesta.
Isa Conde viajó de Madrid a París donde gestionó un viaje a Cuba desde Moscú.
En junio de 1968 comenzaron las conversaciones entre los dos dirigentes. De inicio hubo dos concepciones sobre la relación entre lo político y lo militar, entre guerra rural y guerra urbana, entre el foquismo y guerra de guerrillas Caamaño, relata, había asumido un proyecto esencialmente foquista o neofoquista. La lógica sería la penetración silenciosa por vía marítima de un contingente guerrillero para montar un foco sin develar en la fase inicial su presencia en el país.
Dentro de esa lógica, el ‘foco’ se encargaría de dinamizarlo todo y ya consolidado en las montañas y con implantaciones urbanas, entonces se daría a conocer la presencia de Caamaño y se difundirían sus propósitos políticos.
Isa conde explica que la necesidad de una fuerte base social campesina no estaba siendo bien contemplada por el líder militar, ni tampoco la relación de las guerrillas con las demás formas de lucha.
Acuerdo
Frente al régimen de Balaguer, que calificaban de despótico y entreguista, con absoluta dependencia económica, política y militar del país con respecto al ‘imperialismo norteamericano’, acordaron que la posición consecuentemente revolucionaria era luchar por su derrocamiento.
Se proponían la implantación de un gobierno popular y antiimperialista con la participación de las fuerzas patrióticas.
Las acciones no se concretizaron. Isa Conde salió de Cuba a Moscú el 20 de agosto de 1968. Cuenta que el de abril de 1969 José Israel Cuello y Luis Gómez le hacen en carta algunas precisiones a Caamaño, incluyendo por qué no se había correspondido con la solicitud de 50 hombres en condición de futuros guerrilleros, pues se necesitaba de “una concertación de alto nivel”. El 26 de julio de 1971, recibió en Moscú la invitación del Partido Comunista de Cuba para participar en el acto de Plaza de la Revolución, y en el reencuentro Caamaño le comunicó que había cambiado de planes y contemplaba desarrollar un plan de guerra de guerrillas urbanas tipo Tupamarus de Uruguay. Le respondió que desistiera de ese plan que le parecía un suicidio.
(+)
SE BAÑARON EN EL MAR PARA EVITAR GRABACIÓN
Isa Conde visitó a Bosch en Benidorm, Valencia, España. Recuerda que el expresidente no tenía noticia de su visita.
A su llegada, en el apartamento le hizo una señal que le indicaba que en ese espacio no hablara nada delicado y lo invitó para el otro día a un baño de mar.
“A las siete de la mañana del otro día salimos hacia la playa y nos introdujimos en un mar azul cristalino. Solo él y yo, entonces comenzó y se desarrolló por horas la conversación.
En la casa se limitaron a hablar de la situación política, económica y social del país, así como de la división del 14 de Junio, del despliegue del terror balaguerista, de los planes para asesinar a importantes dirigentes de izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano, del papel del Grupo de Asesores Militares Estadounidenses (MAAG), dejados como tutores de las Fuerzas Armadas.
Se hizo una calva pronunciada, para esa época tenía cabello, se puso lentes y varió considerablemente, con maquillaje, ciertos rasgos de la cara.
El dirigente de izquierda narra en su reciente libro Revelaciones, de 253 páginas, cómo fue enviado al extranjero por el Partido Comunista Dominicano (PCD), del cual era secretario general, para diligenciar la unidad entre Bosch y Caamaño y continuar la lucha revolucionaria.
Sus conversaciones con Caamaño se produjeron en dos fases durante el período 1968- 71. En la primera etapa en su estadía en Cuba, Isa Conde se reunía de lunes a viernes con Caamaño, de 4:00 de la tarde a 7:00 de la noche, con un paréntesis de unos 15 días que el líder constitucionalista no se presentó sin explicación, hasta que se reanudaron las reuniones y se acordaron puntos por escritos.
Frente al régimen de Balaguer, que calificaban despótico y entreguista, con absoluta dependencia económica, política y militar del país, con respecto al ‘imperialismo norteamericano’, acordaron inicialmente por escrito luchar por su derrocamiento.
Su viaje estaba motivado en que en 1968 regresaba al país desde Cuba y Europa, José Israel Cuello, miembro del Comité Central del PCD, y quien junto a Asdrúbal Domínguez y a otros, dirigentes de esa organización, que entrenaban militarmente en la vecina isla, habían hablado con Caamaño, quien solicitó conversaciones de más alto nivel. El primero en reunirse con Caamaño fue el periodista Orlando Martínez, cuando el PCD lo designó a principios de 1966 representante ante la Federación Mundial de las Juventudes Democráticas, con sede en Budapest, Hungría.
En su informe, el autor evoca que Martínez le informó por delicadas vías clandestinas la aproximación de Caamaño a la Revolución Cubana y que estaba fascinado con la figura de Ernesto Che Guevara. “El hombre se ha radicalizado”, le dijo emocionado.
Isa Conde recuerda que conocía bien a Caamaño desde el Comando Político de la Revolución en el país, integrado por el PRD, 1J4, MPD, PCD, y de un sector del Partido Revolucionario Socialcristiano (PRSC). Recibió con los cubanos curso de manejo de tiro con todo tipo de armas, incluido granadas y morteros. Luego recibió un curso de organización de resistencia urbana.
Caamaño, líder militar y presidente constitucional del país, lideró la lucha contra la intervención de los Estados Unidos en abril de 1965, en procura de la restitución del derrocado presidente Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963. Finalizada la guerra de abril, Caamaño salió el 22 de enero de 1966 a Londres donde fue enviado como ‘agregado militar’. Su traslado a Cuba el 24 de octubre de 1967 es conocido como la Operación Estrella.
Esa inclinación de Caamaño por ir a Cuba a emprender una acción guerrillera, dice Isa Conde, podría explicar su negativa a ser candidato a la Vicepresidencia en los comicios de 1966 como acompañante de Bosch. En España Bosch le dijo que quería visitar a Caamaño a Cuba, pero no recibió respuesta.
Isa Conde viajó de Madrid a París donde gestionó un viaje a Cuba desde Moscú.
En junio de 1968 comenzaron las conversaciones entre los dos dirigentes. De inicio hubo dos concepciones sobre la relación entre lo político y lo militar, entre guerra rural y guerra urbana, entre el foquismo y guerra de guerrillas Caamaño, relata, había asumido un proyecto esencialmente foquista o neofoquista. La lógica sería la penetración silenciosa por vía marítima de un contingente guerrillero para montar un foco sin develar en la fase inicial su presencia en el país.
Dentro de esa lógica, el ‘foco’ se encargaría de dinamizarlo todo y ya consolidado en las montañas y con implantaciones urbanas, entonces se daría a conocer la presencia de Caamaño y se difundirían sus propósitos políticos.
Isa conde explica que la necesidad de una fuerte base social campesina no estaba siendo bien contemplada por el líder militar, ni tampoco la relación de las guerrillas con las demás formas de lucha.
Acuerdo
Frente al régimen de Balaguer, que calificaban de despótico y entreguista, con absoluta dependencia económica, política y militar del país con respecto al ‘imperialismo norteamericano’, acordaron que la posición consecuentemente revolucionaria era luchar por su derrocamiento.
Se proponían la implantación de un gobierno popular y antiimperialista con la participación de las fuerzas patrióticas.
Las acciones no se concretizaron. Isa Conde salió de Cuba a Moscú el 20 de agosto de 1968. Cuenta que el de abril de 1969 José Israel Cuello y Luis Gómez le hacen en carta algunas precisiones a Caamaño, incluyendo por qué no se había correspondido con la solicitud de 50 hombres en condición de futuros guerrilleros, pues se necesitaba de “una concertación de alto nivel”. El 26 de julio de 1971, recibió en Moscú la invitación del Partido Comunista de Cuba para participar en el acto de Plaza de la Revolución, y en el reencuentro Caamaño le comunicó que había cambiado de planes y contemplaba desarrollar un plan de guerra de guerrillas urbanas tipo Tupamarus de Uruguay. Le respondió que desistiera de ese plan que le parecía un suicidio.
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SE BAÑARON EN EL MAR PARA EVITAR GRABACIÓN
Isa Conde visitó a Bosch en Benidorm, Valencia, España. Recuerda que el expresidente no tenía noticia de su visita.
A su llegada, en el apartamento le hizo una señal que le indicaba que en ese espacio no hablara nada delicado y lo invitó para el otro día a un baño de mar.
“A las siete de la mañana del otro día salimos hacia la playa y nos introdujimos en un mar azul cristalino. Solo él y yo, entonces comenzó y se desarrolló por horas la conversación.
En la casa se limitaron a hablar de la situación política, económica y social del país, así como de la división del 14 de Junio, del despliegue del terror balaguerista, de los planes para asesinar a importantes dirigentes de izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano, del papel del Grupo de Asesores Militares Estadounidenses (MAAG), dejados como tutores de las Fuerzas Armadas.
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