Emma Carolina Fernández sostiene que la imagen que se da de la mujer en la música urbana es de una esclava sexual
Al hacer un análisis sobre el contenido de la lírica de la música urbana, la
pedagoga Emma Carolina Fernández explicó que el lenguaje que se está exponiendo
en este género puede no ser comprendido por los niños y jóvenes, pero lo usan y
en un futuro podrían aplicarlo en su comportamiento social.
Es decir, que dentro de un tema con música pegajosa se repiten frases en la que se inducen a la violencia, al sexo, al irrespeto hacia la mujer, etcétera, y los chicos comienzan a programar estas expresiones, y luego que conocen el significado las aplican a su estilo de vida.
La pedagoga dejó claro que la programación de un individuo comienza cuando escucha una terminología y comienza a pensar de una manera particular y luego asume ese estilo de vida. “Los peligros en este tipo de música no es que expresen la realidad en una canción, es que los jóvenes que la consumen comiencen a utilizar ese lenguaje y programen su forma de pensar para comportarse así”.
“En el caso de las canciones, en gran medida cantadas por los varones, utilizan un lenguaje en donde se enfoca la relación de un hombre y una mujer puramente sexual, y ella no participa. Las jóvenes no asimilan que hay un compartir, un relacionarse, que hay un intimar y ser amigos. La imagen de la mujer la utilizan como una esclava sexual, un objeto al servicio de los hombres. También está la actitud de la mujer que aunque no está enamorada del chico desea tener sexo con el varón”, expuso.
Un ejemplo es el tema “Como yo le doy”, de Don Miguelo, el que se escucha con insistencia en la radio. Fernández explicó que este lenguaje genera una codependencia, una mujer que necesita de un hombre.
“Muchas adolescentes que están escuchando esas canciones, están comenzando a percibir una programación a través de la música, de la forma que un hombre debe tratarla, con un lenguaje inapropiado porque es lo que tú mereces”. Resaltó el caso del tema “Las chapas que vibran”, de La Materialista, “una canción y un videoclip que lo que vende es puro sexo y vulgaridad. He visto a esta artista decir que esta canción han sido experiencias que ella ha tenido”.
Recordó que en el caso de los embarazos en adolescentes, un problema de hace muchos años, se intensifica porque en esta etapa los jóvenes se siente invencibles y creen que a ellos no les puede pasar nada. “Y si a eso que es un sentimiento natural le metes canciones en el que lo retas a tener sexo con uno y con el otro, ahí se van a multiplicar los embarazos”.
Nacen en la sociedad
“Lo que expone la música urbana es un reflejo de la realidad que viven sus intérpretes en sus barrios. Es el fruto de la ausencia de una verdadera política de educación y cultural. Es el resultado de la indiferencia social hacia los más pobres, no solos de los gobiernos, también de una clase que se ha apoderado de los bienes económicos, explotando a los desposeído, quienes, a su vez, han asumido un patrón de conducta fruto de la falta de educación y orientación”, responde el sociólogo Alberto Gil al tratarle el tema sobre los contenidos de la música urbana.
Gil explicó que este comportamiento ha sido asumido también por sectores de clase alta, que ya han hecho suyo el género.
“Los cantantes, los exponentes solo traducen en su arte lo que han vivido. Y no son modelos de comportamientos importados, como se decía antes. Son actitudes aprendidas”, sostuvo
Esta semana LISTÍN DIARIO recoge la exposición de expertos y conocedores de la conducta humana sobre la música que actualmente consumen la niñez y la juventud del país.
El sociólogo Rafael -Cholo- Brenes, conocedor del comportamiento de la música y sus artistas en República Dominicana fue más enfático y expresó: “La música urbana refleja la podredumbre de esta sociedad. Todo lo que dicen los temas de este género es vivencia misma de la gente de nuestros barrios, pueblos, campos y sectores más desposeídos del país”
Brenes dijo que aunque resulte vergonzoso existe una desintegración en todos los sectores que componen la sociedad dominicana.
Es decir, que dentro de un tema con música pegajosa se repiten frases en la que se inducen a la violencia, al sexo, al irrespeto hacia la mujer, etcétera, y los chicos comienzan a programar estas expresiones, y luego que conocen el significado las aplican a su estilo de vida.
La pedagoga dejó claro que la programación de un individuo comienza cuando escucha una terminología y comienza a pensar de una manera particular y luego asume ese estilo de vida. “Los peligros en este tipo de música no es que expresen la realidad en una canción, es que los jóvenes que la consumen comiencen a utilizar ese lenguaje y programen su forma de pensar para comportarse así”.
“En el caso de las canciones, en gran medida cantadas por los varones, utilizan un lenguaje en donde se enfoca la relación de un hombre y una mujer puramente sexual, y ella no participa. Las jóvenes no asimilan que hay un compartir, un relacionarse, que hay un intimar y ser amigos. La imagen de la mujer la utilizan como una esclava sexual, un objeto al servicio de los hombres. También está la actitud de la mujer que aunque no está enamorada del chico desea tener sexo con el varón”, expuso.
Un ejemplo es el tema “Como yo le doy”, de Don Miguelo, el que se escucha con insistencia en la radio. Fernández explicó que este lenguaje genera una codependencia, una mujer que necesita de un hombre.
“Muchas adolescentes que están escuchando esas canciones, están comenzando a percibir una programación a través de la música, de la forma que un hombre debe tratarla, con un lenguaje inapropiado porque es lo que tú mereces”. Resaltó el caso del tema “Las chapas que vibran”, de La Materialista, “una canción y un videoclip que lo que vende es puro sexo y vulgaridad. He visto a esta artista decir que esta canción han sido experiencias que ella ha tenido”.
Recordó que en el caso de los embarazos en adolescentes, un problema de hace muchos años, se intensifica porque en esta etapa los jóvenes se siente invencibles y creen que a ellos no les puede pasar nada. “Y si a eso que es un sentimiento natural le metes canciones en el que lo retas a tener sexo con uno y con el otro, ahí se van a multiplicar los embarazos”.
Nacen en la sociedad
“Lo que expone la música urbana es un reflejo de la realidad que viven sus intérpretes en sus barrios. Es el fruto de la ausencia de una verdadera política de educación y cultural. Es el resultado de la indiferencia social hacia los más pobres, no solos de los gobiernos, también de una clase que se ha apoderado de los bienes económicos, explotando a los desposeído, quienes, a su vez, han asumido un patrón de conducta fruto de la falta de educación y orientación”, responde el sociólogo Alberto Gil al tratarle el tema sobre los contenidos de la música urbana.
Gil explicó que este comportamiento ha sido asumido también por sectores de clase alta, que ya han hecho suyo el género.
“Los cantantes, los exponentes solo traducen en su arte lo que han vivido. Y no son modelos de comportamientos importados, como se decía antes. Son actitudes aprendidas”, sostuvo
Esta semana LISTÍN DIARIO recoge la exposición de expertos y conocedores de la conducta humana sobre la música que actualmente consumen la niñez y la juventud del país.
El sociólogo Rafael -Cholo- Brenes, conocedor del comportamiento de la música y sus artistas en República Dominicana fue más enfático y expresó: “La música urbana refleja la podredumbre de esta sociedad. Todo lo que dicen los temas de este género es vivencia misma de la gente de nuestros barrios, pueblos, campos y sectores más desposeídos del país”
Brenes dijo que aunque resulte vergonzoso existe una desintegración en todos los sectores que componen la sociedad dominicana.
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