lunes, 22 de diciembre de 2014

El rey Romeo

                   
Con la novedad de una tarima giratoria en el centro del Estadio Olímpico, Romeo Santos pone a más de 50 mil personas a sus pies durante el show auspiciado por Brugal.

Baní fue la primera ciudad dominicana que acogió la propuesta musical de Romeo Santos, hace casi 15 años, y ese momento quedó marcado en su corazón. Apenas 300 personas acudieron a la invitación en una discoteca de esa ciudad sureña, recuerda él con particular nostalgia. Sin dudas, desde entonces sus seguidores se multiplicaron vertiginosamente. Y no paran.
La muestra es evidente: más de 50 mil personas lo coronaron el sábado en el Estadio Olímpico como rey indiscutible de la música popular en República Dominicana. Su histórica noche, de casi tres horas, estuvo mancomunada a ron Brugal y a SD Concerts. 
Una gigantesca multitud se rindió a sus pies y, sobre todo las mujeres, coreaban cada una de sus canciones con vibrante emoción.
 Hace dos años ya había impuesto un récord en ese escenario dominicano al llenar al tope dos días (de diferentes semanas) con su anterior gira. Esta vez vino reforzado por un año en el que su disco “Fórmula Vol. 2” (como se llama su tour) se posicionó como el de mayor difusión mediática. 
Al menos siete temas se convirtieron en hits, incluyendo “Cancioncitas de amor”, “Eres mía”, “Hilito”, “Inocente” y “Odio”. Pocos artistas lo logran.
Además de su pegajosa voz, lo melodioso de sus bachatas-pop y sus letras fuera de la rutina del amor y el desamor, Romeo se auxilia de un moderno soporte tecnológico. Lo dejó claro en un espectacular escenario 360 o tarima giratoria, donde mostró su grandeza artística, moviéndose para todos los lados ante un eufórico público.
A eso se añade la interacción que mantiene con la masa, escogiendo algunos de los presentes, previo acuerdo, para que formen parte del show. Es así como aparece una muchacha a la que carga en sus brazos y, luego, otra pasada de libras, a la que besa para envidia de las demás féminasÖ O aquel joven, Luis, que se llevó mil dólares al compartir a dúo el tema “Ella y yo”.
Cualquier pisada sobre el escenario, canción que interprete, palabras que pronuncie o “propuesta indecente”, el gentío lo hace sentir más que un simple chico de las poesías. ¡Qué viva el rey!

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