SANTO DOMINGO.- El ministro dominicano de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Temístocles Montás, consideró innecesario firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
No es necesario un acuerdo porque República Dominicana está tomando sus propias medidas en el tema de la política fiscal y monetaria para bajar el nivel de endeudamiento, precisó.
Consideró que el Gobierno ha hecho un ajuste brutal y que su déficit fiscal del año pasado, que fue de 6.6 por ciento del Producto Interno Bruto, lo está trabajando para reducirlo a 2.8 por ciento.
Vamos en esa dirección y el gobierno obtendrá el déficit que ha programado, porque busca sostenibilidad en las finanzas públicas, apuntó Montás.
Señaló que otra de razón por la no se debe firmar con el FMI, es porque se prevé un ingreso de 550 millones de dólares provenientes de la minera Barrick Gold, que recompensará la caída de ingresos.
Las declaraciones de Montás a la prensa siguieron a una reunión con Przemek Gajdeczka, jefe de la misión del FMI que inició este martes una visita a esta capital.
RD con grandes retos
Por su parte, Gajdeczka dijo a los medios que el país tiene dos grandes retos: lograr un crecimiento económico sostenido y la creación de empleos.
Añadió que desde su anterior visita al país en septiembre último, observa elementos positivos como las medidas fiscales del gobierno para dinamizar la economía.
Aseguró que durante esta visita la misión del FMI va a evaluar la economía y luego dará más detalles de la situación.
Alegó que aunque la situación del país ha mejorado con respecto al profundo déficit fiscal que vivió en 2012, aún es vulnerable.
"Hay retos muy grandes: la caída del crecimiento", dijo..
República Dominicana había mantenido un crecimiento económico promedio del 7% anual hasta el 2010, pero en 2011 comenzó a desacelerarse y concluyó 2012 con un déficit fiscal histórico del 8% del Producto Interno Bruto.
Según datos del Banco Central, la economía apenas había crecido 0,3% en el primer trimestre del año.
El presidente Danilo Medina solicitó en septiembre del 2012 al FMI la evaluación de la economía en busca de planes para enfrentar la crisis y por recomendación del organismo internacional puso en marcha una impopular reforma fiscal que aumentó del 16% al 18% el impuesto general al comercio y estableció nuevos gravámenes.
El FMI explicó en un informe de noviembre pasado que el gasto público se había incrementado 40% en 2012, durante el periodo de elecciones presidenciales, y las erogaciones se habían hecho fuera de las asignaciones presupuestarias, "reduciendo así la transparencia".
Gajdeczka destacó que con las medidas tributarias adoptadas, la situación fiscal mejoró y, aunque la deuda pública aún representa el 45% del PIB, la economía dominicana se encuentra "en niveles más o menos sostenibles, pero vulnerables".
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