EN EL DESTACAMENTO EN SAN PEDRO DE MACORÍS LE DIJERON QUE DEBÍA ESPERAR 5 DÍAS POR UNA ORDEN DE ARRESTO MIENTRAS SU AGRESOR VIGILABA
“La Policía no me protegió, si lo hubiese hecho no habría perdido mi mano y mi sustento, porque yo soy herrero, vivo de hacer anafes y carreterillas”, con ese pesar se expresa Félix Antonio Cabrera, de 38 años, ingresado en el hospital Salvador B. Gautier, donde fue sometido a una cirugía de reimplante de su mano izquierda, tras ser amputada de un machetazo propinado por un vecino.
Asegura que el hecho, ocurrido a las 6:30 de la mañana del domingo, pudo haberse evitado, porque acudió a la Policía de San Pedro de Macorís en tres ocasiones a poner la querella y pedir protección, pero allí se le informaba que tenía que espera cinco días, para que bajara una orden judicial de apresamiento contra el agresor.
Con este caso, suman cuatro las manos que han sido revascularizadas y reimplantadas en el Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva el hospital Salvador B. Gautier, del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), donde funciona la única unidad de este tipo en el país. Tres llegaron cuasi amputadas y una totalmente amputada.
El paciente explica que todo empezó días atrás cuando llamó la atención a un vecino porque quemaba alambres que, presume eran robados, frente a su casa. Asegura que como represalia ese vecino, conocido como Santico, se entró a su residencia sustrayéndole ropa y herramientas de trabajo.
Acudió al destacamento policial de la comunidad a poner la querella y de ahí lo refirieron al cuartel General de San Pedro de Macorís, donde vive. Allí le tomaron la querella y le dijeron que debía esperar cinco días hasta que bajara la orden de apresamiento. Asustado se fue a dormir a casa de un hermano, pero cuando regresó a su casa al día siguiente encontró su cama cubierta de melaza. Al otro día, le sustrajeron la ropa que le quedaba.
En ambas ocasiones volvió al cuartel y allí le aconsejaron que buscara la forma de evadir al agresor, lo cual para él era difícil, porque vive a tres casa de la suya, también le dijeron que si lo veía que llamara a la Policía.
Dice que ante la incomodidad de dormir en casa ajena, y a pesar de que tenía temor de ser agredido durante la noche se quedó en la casa, pero su sorpresa fue que al amanecer al abrir la puerta, el agresor le esperaba tirándole un machetazo que quiso esquivar con su mano, la cual fue amputada totalmente. Pese a eso, narra, que salió corriendo, con el agresor detrás, encontró una persona en un motor que lo llevó al cuartel, y de ahí lo llevaron al hospital Antonio Musa, de San Pedro, de donde fue trasladado al Gautier, en la capital.
La mano fue recogida luego por sus familiares y llevada al hospital donde los médicos se la reimplantaron. Ahora, de acuerdo al doctor Severo Mercedes, jefe del Servicio de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética del hospital Gautier, hay que esperar cinco días para ver su evolución. Dice que clínicamente el paciente está estable, pero que está presentando problemas psicológicos porque teme que lo vayan a matar al hospital.
“Esto pudo haberse evitado. Ya lo mío no tiene remedio, pero hago la denuncia para que no le pase a otra persona”, señala.
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