SANTIAGO. El arzobispado de la arquidiócesis de esta ciudad consideró que los altos precios de los artículos de primera necesidad y de los medicamentos están deteriorando cada vez más el nivel de vida de los dominicanos, llevándolos a una situación de pobreza que frena el desarrollo. El concepto lo contiene el editorial del semanario Camino, órgano escrito de ese ente eclesiástico, que con el título de ¡Auxilio!, circulará a partir de mañana domingo en los templos católicos.
Precisa que del deterioro del nivel de vida de los que residen en la nación “lo que más lacera el alma es la situación de las personas enfermas, sobre todo las que tiene que llevar un tratamiento permanente”.
Precisa Camino que el presupuesto de muchas familias no les alcanza para cubrir esa necesidad esencial e insustituible de adquirir los medicamentos que tienen que usar diariamente.
Tras recordar que el próximo lunes se celebrará la XXI Jornada Mundial del Enfermo, el semanario estima que la ocasión es propicia para evaluar lo que se hace para llevar un poco de paz y consuelo a los que están postrados en sus hogares, centros de salud privados.
De manera fundamental, dice que una evaluación en tal sentido debe realizarse en los hospitales “en donde muchas veces los familiares tienen que comprar casi todo para que los médicos puedan desempeñar su labor”.
Al considerar que con esa realidad no podemos continuar, Camino es de opinión que el Estado dominicano tiene una deuda social acumulada muy grande, que debe ser saldada de forma urgente.
Sugiere que la misma sea pagada “facilitándole a los sectores más excluidos, a aquellos que están al margen de la seguridad social, un sistema de salud integral, que les permita salir de la angustia permanente de saber que al enfermarse sufrirán una desprotección total que acelerará su paso hacia la muerte”.
“Nuestra nación no puede seguir ocupando la posición número 30 de 34 países del continente americano en la tasa de mortalidad infantil, de niños menores de cinco años, según el Informe 2010 de la Organización Mundial de la Salud”, puntualiza.
Al tiempo de insistir en que ese panorama debe cambiar, el vocero escrito del arzobispado de Santiago sostiene que la salud es un renglón de la vida nacional “donde el Gobierno también debe hacer lo que nunca se ha hecho”.
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