‘VOY A AYUDAR A MUJERES MALTRATADAS’
“Me dicen que me salí debajo de una patana, cuando se dan cuenta que no fui yo la víctima del feminicidio que cometió mi expareja a apenas un año de habernos separado definitivamente”.
Así concluye Patricia Peguero Sánchez, de 40 años, licenciada en Servicios Turísticos, de contar la historia llena de violencia verbal, psicológica, sexual, económica y física que vivió en su matrimonio por casi ocho años corridos, lo que la dejó con quebrantos serios en su salud, pero con una rica enseñanza de vida.
El 21 de enero pasado se cumplieron tres años de la muerte de su expareja, pero Patricia guarda claramente en su memoria la impresión que sintió en el momento en que recibió la noticia y la forma como vio su vida reflejada como en una película. Dice que rememoró los momentos de tensión que vivió en varias ocasiones cuando su esposo le apuntaba en la cabeza con un arma de fuego y en ocasiones lo hacía en la cabeza de la niña que procrearon juntos, amenazándola con darle donde más le doliera.
Patricia es una de las mujeres que han aprendido a reconocer y superarse de la violencia intrafamiliar, luego de ingresar al Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia, de la Fiscalía del Distrito Nacional.
Trabaja como secretaria en una oficina del sector público, y pese a que se graduó con honores en la Universidad Católica Santo Domingo de licenciada en Servicios Turísticos, en el 2001, nunca ejerció su profesión, como consecuencia del mismo círculo de violencia en que se vio sometida.
“Se me presentaron muchas oportunidades de ejercer mi profesión, pero todas se me troncharon”, cuenta.
Hace cinco años que despertó, lo denunció y salió de la condición de violencia en que vivió, y actualmente ve muchas luces en su camino. Comenzará a trabajar en un proyecto de ayuda a mujeres abusadas; busca encaminar su hija en sus estudios y a que realice su proyecto de vida, así como apoyar a otras personas que lo necesiten.
Su historia
Patricia, procedente de Azua, es la más pequeña de cuatro hermanos, fruto de un hogar muy unido, cuyo matrimonio terminó a los 60 años, con la muerte de su padre. Dice que nunca había conocido la violencia en su entorno familiar, y que incluso son muy unidos.
Patricia, procedente de Azua, es la más pequeña de cuatro hermanos, fruto de un hogar muy unido, cuyo matrimonio terminó a los 60 años, con la muerte de su padre. Dice que nunca había conocido la violencia en su entorno familiar, y que incluso son muy unidos.
Se casó en el 1995, con 24 años de edad, con un joven que tenía tres años más que ella. Su matrimonio duró 13 años, cuyos primeros, fueron muy normales y amorosos de parte de su pareja.
Dice que los primeros indicios de violencia, lo c
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