WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, emprenderá este domingo una gira europea durante la cual participará en la cumbre del G8 en Irlanda del Norte y visitará Alemania, y que estará marcada por la toma de decisiones sobre Siria y el escándalo de los programas de espionaje de su Gobierno.
Obama consultará con sus socios en la cumbre del G8 del lunes y martes en Enniskillen (Irlanda del Norte) los próximos pasos que se deben tomar ante el conflicto en Siria después de haber dado por confirmado el uso de armas químicas por parte del régimen de Bachar Al Asad y de anunciar ayuda militar directa a los rebeldes.
Mientras, en Europa no esconden su preocupación ante la revelación de la existencia de dos programas de vigilancia secretos a través de los cuales el Gobierno de EE. UU. recopila millones de registros telefónicos y datos de empresas de internet para espiar contactos en el extranjero de sospechosos de terrorismo.
Tanto con el presidente ruso, Vladímir Putin, con quien tendrá una bilateral el lunes, como con el resto de líderes del G8 Obama quiere hablar de "cuál es el mejor camino a seguir" para Siria, indicó a los periodistas el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes.
Washington proporciona asistencia no letal a los rebeldes pero ahora ha decidido darles también ayuda militar después de considerar confirmado que el régimen de Bachar Al Asad ha usado armas químicas contra la oposición, según anunció este jueves la Casa Blanca.
Obama aún no ha hablado al respecto, pero durante los últimos meses repitió que el uso de armas químicas supondría cruzar una "línea roja" que le haría cambiar de actitud ante el conflicto sirio.
En cuanto a los programas de vigilancia, en particular el de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en inglés) de EE. UU. para registrar datos digitales en el extranjero con el fin de evitar complots terroristas, Rhodes indicó que Obama explicará a los líderes europeos su importancia "en términos de lucha antiterrorista".
Acabar con ese tipo de vigilancia "eliminaría una herramienta esencial" para la "seguridad compartida", según Rhodes.
"Vamos a escuchar las preguntas (de los aliados europeos) y a tener un intercambio sobre estos programas y otros esfuerzos de lucha contra el terrorismo", aseguró el asesor.
Obama aterrizará el lunes por la mañana en Belfast, donde pronunciará un discurso ante jóvenes para subrayar "el importante apoyo de Estados Unidos al proceso de paz" en Irlanda del Norte.
Rhodes precisó que Obama enfatizará los esfuerzos de los jóvenes por lograr "una paz duradera" y oportunidades económicas en la región.
Tras la reunión con su homólogo ruso Obama asistirá a una cena de trabajo con los líderes del G8 el lunes por la noche en la que también estará presente la crisis siria, así como la transición en Afganistán, la situación en Oriente Medio y en el Norte de África, y el programa nuclear de Irán.
En el ámbito económico la cumbre del G8 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia y Rusia) estará enfocada en la cuestión de la evasión impositiva, la transparencia y el comercio, según explicó a un grupo de periodistas extranjeros en Washington el embajador británico en EE. UU., Peter Westmacott.
Tras la cumbre, Obama viajará a Berlín para una visita que pretende destacar lo "crucial" de la relación entre Estados Unidos y Alemania, en palabras de Rhodes, y cuyo objeto es repasar asuntos económicos y de seguridad.
El miércoles Obama se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, con quien ha desarrollado una relación de trabajo "muy estrecha", y ambos analizarán la situación en la eurozona y las futuras negociaciones para un acuerdo comercial entre EE. UU. y la Unión Europea (UE).
Después de un almuerzo privado con Merkel, Obama pronunciará un discurso ante la emblemática Puerta de Brandeburgo.
La visita de Obama a Berlín coincidirá con el 50 aniversario del discurso que en 1963 el entonces presidente estadounidense, John F. Kennedy, pronunció en el sector occidental de la ciudad dividida.
Obama prevé referirse en su discurso al enorme progreso hecho desde entonces por Alemania, a la historia compartida con EE. UU. y a desafíos actuales como las armas nucleares y el fortalecimiento de la alianza transatlántica.
El presidente estará acompañado en su viaje por su esposa, Michelle, y sus dos hijas, Malia y Sasha.
Tras asistir al discurso de Obama en Belfast la primera dama y sus dos hijas viajarán a Dublín, donde entre otras actividades visitarán la prestigiosa universidad Trinity College, y después se reunirán con el presidente de nuevo en Berlín.
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