El presidente de EE.UU., Barack Obama, entró ayer en el debate abierto tras la absolución de George Zimmerman por la muerte del joven negro Trayvon Martin y habló desde su propia experiencia como afroamericano en el discurso más sincero y personal sobre el racismo desde que está en la Casa Blanca.
"Cuando Trayvon Martin murió dije que podría haber sido mi hijo. Otra forma de decirlo es que Trayvon Martin podría haber sido yo hace 35 años", afirmó Obama tras aparecer por sorpresa ante los periodistas en la sala de prensa de la Casa Blanca.
Obama emitió un comunicado tras conocerse el veredicto de un jurado de Sanford (Florida) que declaró no culpable a Zimmerman, un exvigilante blanco, de matar de un tiro a Martin en 2012, pero la de ayer fue su primera comparecencia pública ante la creciente presión para que se involucrara en un caso que ha reabierto el debate racial en el país.
"Una vez que el jurado ha hablado, así es como funciona nuestro sistema", argumentó Obama, el primer presidente negro de la historia de EE.UU.
Pero a continuación abogó por entender que la comunidad afroamericana ve este caso "a través de un conjunto de experiencias", a la vez que es consciente de que "hay una historia de disparidades raciales" en la aplicación de las leyes penales.
"Hay muy pocos hombres afroamericanos que no hayan tenido la experiencia de ser perseguidos cuando estaban comprando en una tienda. Eso me incluye a mí. (...) Caminar por una calle y escuchar cómo se cierran las puertas de los coches. Eso me pasó a mí, al menos antes de ser senador", confesó el presidente.
A su juicio, todo ello contribuye a crear la sensación de que si en el lugar de Martin hubiera estado un adolescente blanco "el resultado y las consecuencias podrían haber sido diferentes".
Obama calificó de "comprensible" el que se hayan producido manifestaciones y protestas en rechazo a la absolución de Zimmerman, que ha mantenido siempre que disparó en defensa propia durante una pelea con Martin tras seguir al joven porque le pareció sospechoso.
Pero más allá de esas protestas, que deben ser pacíficas para no "deshonrar" a Martin y a su familia, según Obama también tiene que haber al menos una revisión de algunas leyes estatales y locales para saber "si están diseñadas de tal manera que puedan alentar altercados, enfrentamientos o tragedias" como la de este caso.
El mandatario se refirió así a las leyes conocidas como "Stand your ground", vigentes en Florida y otra veintena de estados, y que exoneran de culpa a la persona que bajo ataque y sintiéndose en peligro de muerte use fuerza letal contra su atacante.
"Si Trayvon Martin hubiese sido mayor de edad y hubiese estado armado, ¿se habría podido defender en esa acera? ¿Y creemos verdaderamente que hubiera estado justificado que disparase a Zimmerman, quien lo persiguió en un coche porque se sintió amenazado?", se preguntó Obama.
Si la respuesta a esta pregunta "es por lo menos ambigua, entonces me parece que quizá queramos examinar ese tipo de leyes", anotó.
Aunque no fue muy preciso, desgranó otra serie de medidas que a su juicio podrían ser "productivas", como la capacitación de los policías estatales y locales contra los prejuicios raciales.
También abogó por realizar "un mejor trabajo" para que los jóvenes afroamericanos "sientan que son una parte integrante de la sociedad, y que tienen vías y avenidas para alcanzar el éxito".
Para Obama, además, es "importante" hacer "un examen de conciencia", pero no a través de un diálogo racial impulsado por los políticos, sino con conversaciones "en las familias, iglesias y lugares de trabajo".
El presidente concluyó su discurso con una llamada a no perder de vista "que las cosas están mejorando" y que cada generación "parece estar haciendo progresos en cuanto al cambio de actitudes en lo que tiene que ver con la raza".
"Esto no quiere decir que estemos en una sociedad post-racial. No quiere decir que el racismo se haya eliminado", advirtió también.
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