Medina y su régimen, como los anteriores, han sido tímidos para enfrentar el tema social de los trabajadores, aunque muy listos para aplicar la reforma fiscal
El presidente Danilo Medina pudiera estarse acomodando muy bien en la burbuja que dejó a los presidentes dominicanos el doctor Balaguer en 1966 cuando comenzó su larga regencia. Por eso los cínicos lo ven postergando muchos los temas que tienen que ver con el bienestar del pueblo.
Sus visitas periódicas a lugares apartados donde los presidentes no iban y que, a su decir, han permitido que la gente muy pobre lo conozca, podrían hacer la diferencia con gobernantes anteriores, pero los desafíos que le esperan antes de cumplir el primer año son numerosos.
Las recientes pobladas en Brasil, Chile y las reclamaciones en las calles de la normalmente tranquila Costa Rica, han puesto alarma en muchos sectores que temen algo parecido en la República Dominicana, donde los salarios son muy bajos y las condiciones laborales mínimas.
En referencia a la situación de la región y al aumento en el precio de las placas, LISTÍN DIARIO pidió en su edición del miércoles pasado dejar la medida de la DGII, en “estado de reposo”. Al día siguiente recordó la amplia reacción que tuvo el intento de gravar con 20 pesos a los usuarios de la telefonía.
Medina y su régimen, como los anteriores, han sido tímidos para enfrentar el tema social de los trabajadores, aunque muy listos para aplicar la reforma fiscal que recientemente incluyó gravar en 1% del valor de mercado a los automóviles, para la obtención de la placa -medida pospuesta ayer para el 2014 por el mandatario.
Acuerdo obrero-patronal
El acuerdo obrero-patronal para que sean aumentados los deprimidos salarios de los trabajadores del sector privado ha sido demasiado llevado y traído, pese al ridículo de que la parte patronal ha ofrecido centavos de aumentos, lo que daña la reputación del pujante sector.
El acuerdo obrero-patronal para que sean aumentados los deprimidos salarios de los trabajadores del sector privado ha sido demasiado llevado y traído, pese al ridículo de que la parte patronal ha ofrecido centavos de aumentos, lo que daña la reputación del pujante sector.
Se ha tenido como una costumbre que los gobiernos alegan equidistancia en las pujas de los obreros con sus patronos para conseguir sus reivindicaciones. La realidad es que el ministerio de Trabajo, una entelequia para esos fines, debería estar francamente del lado de los trabajadores.
La impresión bastante extendida es que el régimen del presidente Medina está a la espera de que el sector privado y los sindicatos lleguen a un acuerdo sobre los aumentos salariales antes de proponer los suyos, que reclaman empleados de todos los niveles para ellos, policías y guardias.
En una declaración dada el pasado miércoles, el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta abogó por un gran pacto a favor del empleo, aunque se sabe que el trabajo informal que ha aumentado considerablemente se debe a que en ese sector se gana más. Los sindicalistas, que ya a mitad de semana se lanzaron a las calles en una marcha pacífica bastante concurrida, creen que el empleo no aumentará en el sector privado en las condiciones actuales y con las amenazas de disminuir las conquistas del Código de Trabajo, como la cesantía.
Anteriormente una impresionante marcha de maestros mayormente vestidos de verde se dirigió desde Villa Juana al Ministerio de Educación para reclamar aumentos salariales y un aporte de RD$40 millones al seguro de los educadores. Ninguno de los actos fue perturbado por la Policía.
El caso de los trabajadores parece ser patético. Según los sindicatos, el 80.86% de los trabajadores recibe ingresos por debajo de la canasta familiar, en tanto que persisten más de diez salarios mínimos diferentes los mayores de los cuales no pasan de los RD$10,000 mensuales.
Eso hace que un mendigo en silla de ruedas pueda tener una recaudación mayor que un empleado minorista que, como en el barrio chino y otros lugares, trabajan hasta doce horas al día. Con sus bajos salarios estudiantes universitarios no tienen más que para el pago de la comida, el transporte y los estudios. Sus caras de inconformidad ante los clientes delatan la situación.
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“CINTURÓN AMARRADO”
El gobierno austero que prometió el presidente Medina desde antes del 16 de agosto del año pasado y que reiteró al tomar posesión ya está matizado por el gasto.
“CINTURÓN AMARRADO”
El gobierno austero que prometió el presidente Medina desde antes del 16 de agosto del año pasado y que reiteró al tomar posesión ya está matizado por el gasto.
El Diario Libre estimó el pasado lunes que en obras iniciadas o anunciadas en los últimos diez días se han comprometido más de US$1000, millones.
Pero el presidente Medina dijo al día siguiente que el país no está en austeridad sino que su régimen “se amarró el cinturón con sus gastos”.
No pareció que se lo amarró tanto, según el decir de los cínicos, cuando se desplegó en los medios la celebración del 71 cumpleaños de los comedores económicos, con una fiesta.
Con su presencia, no obstante las denuncias de que en esa institución que dirige Ramón Rodríguez se han cometido indelicadezas en las contrataciones y compras fraccionadas para evitar las licitaciones, el gobernante pareció endosar la labor bien publicitada del señor Rodríguez.
Anteriormente a ese despliegue, el presidente del Indotel, Carlos Amarante Baret, convertido en charlista itinerante sobre los logros del régimen, disertó ante un concurrido auditorio en Santo Domingo, en lo que pareció la continuación de un bien sazonado programa del aniversario el
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