lunes, 8 de julio de 2013

Educación por una mejor calidad de vida

                        
LEER Y ESCRIBIR ES UNA GRAN ESPERANZA PARA MARÍA POLANCO

El olvido es su cruz, el no recordar parte de su niñez la entristece. Maria Polanco Santana oriunda de Las Terrenas, Samaná solo tiene un sueño, aprender a leer y escribir para tener una mejor vida.
La dama que cayó de un caballo dándose un golpe en la cabeza cuando era apenas una adolescente, sufre de algún tipo de trastorno que ella no sabe explicar pues solo recuerda que el médico que la atendió le dijo que si no se trataba a tiempo, con el pasar de los años borraría sus recuerdos.
“Yo prácticamente me crie sola, sufrí muchos maltratos”, cuenta mientras permanece sentada en uno de los pupitres de la escuela de capacitación del Cuartel General de Bomberos del Distrito Nacional, donde acude cada dos días a alfabetizarse.
Las oportunidades de educarse que ella por su nivel de pobreza, soledad y olvido no pudo tener, tampoco la recibieron siete de sus 10 hijos, de los cuales dos están sin declarar porque no recuerda cuando nacieron y solo tres estudian.
“Yo vine a la capital muy joven, cuando las luchas de Jack Veneno y tuve que trabajar de todo, mis hijos una parte se quedó en Samaná asi que no pude estudiar”.
 La dama que trabaja para el Ayuntamiento del Distrito Nacional barriendo en las calles de la ciudad, asegura que en su vida ha trabajado haciendo de todo para tener un plato de comida para ella y sus hijos.
“El más pequeño iba a la escuela cuando vivía con su tía, pero ella murió y ya no puede ir, entonces el lee el periódico y así aprende”, dijo
Maria forma parte de las más de 237,822 personas  que han sido incorporadas en los 18,294 Núcleos de aprendizaje registrados en todo el ámbito nacional, del cual se espera que para el 31 de julio de este año, la matricula del programa de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo” supere los 300 mil iletrados.
El cabildo capitalino le da la mañana libre dos días a la semana a Maria, quien reside el sector Gualey, para que asista a la escuela de la estación de bomberos de la avenida Mella, junto a otras diez personas que al igual que ella tienen el deseo de decir “ya sé leer y escribir”.
“A veces me cuesta concentrarme y me duele la cabeza, pero vengo porque quiero aprender”, dice mientras ojea su libro. El poder escribir su nombre es una de sus mas grandes satisfacciones desde que entró al programa, pues los dias de las “x” se terminaron.
“Yo ya aprendi a escribir mi nombre, nunca pude y lo poco que sabia lo olvidé cuando me cai de ese caballo”, cuenta
Como Maria actualmente hay unos 336,208 personas ceduladas mayores de 16 años que colocaron una “x” por no saber escribir su nombre, de los más de siete millones que hay en el padrón de la Junta Central Electoral, según reveló hace poco el presidente de esa entidad, Roberto Rosario.
 Una mejor vida
Los recuerdos de su adolescencia, la cual describe como triste, la hacen llorar, y solo el poder construir un mejor futuro es su motor para que cada martes y viernes acuda a clases.
Maria ya puede leer algunas oraciones, reconoce las letras y ha mantenido el mismo entusiasmo con el que llegó a las clases, según afirma su facilitador, el profesor José Polanco Taveras.
“Yo sé que voy a aprender y pondré un negocio”, dijo con entusiasmo, al tiempo que muestra su cuaderno con tareas de matemática, pues pondrá un colmado y sabrá sacar cuentas, asegura.
 Aunque olvidó parte de su vida, lo que no está dispuesta a dejar pasar es la oportunidad que nunca tuvo y que hoy se le brinda con la creación del Plan Nacional de Alfabetización.
“La cosa esta muy dura y para el que no sabe de nada, mucho más”, expresa.
Evolución
El amor, cariño y la empatía forman parte de la metodología de enseñanza que utiliza Taveras con los 11 alumnos a su cargo que por distintas circunstancias no fueron a la escuela.
Maria y sus compañeros, que afirman con alegria “de aquí para la universidad”, en los seis meses que tiene el programa han aprendido a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir, pero lo que más les entusiasma, es que saben escribir sus nombres.
 Taveras indica que estas personas que pasan la mayor parte del tiempo barriendo en las calles de la capital para su sustento y que no veian mas futuro en su porvenir, estan en mas de un 90 por ciento de lo que necesita una persona para ser alfabetizada.
Estos 11 estudiantes forman parte de las 300 mil personas que el gobierno  espera terminen el proceso de alfabetización a final de 2013.
 El Ministerio de Eduación reveló hace poco que la iniciativa se sigue ampliando y  ya se está desarrollando en comunidades del exterior, donde residen dominicanos, con el propósito de que todo ciudadano tenga la oportunidad de alfabetizarse y así ampliar sus capacidades para mejorar sus condiciones de vida.
Indicó que en ese sentido los días cuatro y cinco de mayo pasado, quedaron designadas las juntas de alfabetización que regirán el plan en las ciudades de New York y Miami, en los Estados Unidos y  se continuarán instalando en diferentes países donde residan ciudadanos dominicanos iletrados.
Se recuerda que el plan para erradicar el analfabetismo del país, fue declarado interés nacional por el presidente de la República Danilo Medina, emitido mediante decreto.
 Medina dejó constituida la Junta Nacional de la Alfabetización, conformada por los Ministerios de la Presidencia, Educación, Educación Superior, Trabajo, Mujer y Juventud, y otros.
ERRADICACIÓN DEL ANALFABETISMO
En el pais el 13 por ciento de la población es analfabeta, que sumandose a la cantidad de pobres representa uno de los principales retos del gobierno del presidente Medina. Para alcanzar la meta de erradicar en dos años el analfabetismo se han distribuido 22,830 personas capacitadas por el Ministerio de Educación. 
A finales de marzo, la directora general de Educación de Personas Jóvenes y Adultas, Miriam Camilo dio cuenta de que hasta esa fecha se habían integrado 130,000 personas para aprender a leer y escribir y que se habían conformado 10 mil núcleos de aprendizaje, con 18 mil alfabetizadores. En abril las cifras indicaban que se habían integrado 192,543 personas a 14,730 núcleos de aprendizaje a nivel nacional y los alfabetizadores superaban los 15,000, para un incremento de 62,543.

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