Diecinueve bomberos murieron cuando intentaban apagar un incendio en Arizona, alimentado por ráfagas de viento cálido, que convirtieron el domingo en “el día más triste”, según palabras de la gobernadora del estado del suroeste de Estados Unidos.
Los bomberos fueron tragados por las llamas la tarde del domingo cuando se esforzaban por contener un incendio en la colina de Yarnell, 120 km al noroeste de Phoenix.
El presidente Barack Obama homenajeó a quienes perdieron la vida en el incendio, en un comunicado emitido durante su gira en Africa, en el que lamentó “esta terrible tragedia”.
“Son héroes -profesionales altamente especializados, que como muchos en nuestro país trabajan a diario, poniéndose desinteresadamente en peligro para proteger la vida y bienes de conciudadanos a quienes probablemente nunca conocerán”.
“Es el día más triste que puedo recordar”, dijo la gobernadora Jan Brewer en un comunicado. Los bomberos “estaban luchando contra el incendio de Yarnell, cerca de (la localidad de) Prescott, donde el fuego, que se movía a toda velocidad, tomó sus posiciones”.
“Pueden transcurrir días, o aún más, antes de que una investigación revele cómo ocurrió esta tragedia, pero ya sabemos lo esencial en nuestros corazones: combatir el fuego es un trabajo peligroso. El riesgo es bien conocido por estos valientes hombres y mujeres que combaten las llamas”, agregó.
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