LA ÚNICA SALIDA DEL COLMADO IVÁN III, DONDE MURIERON 3 EMPLEADOS, ERA UNA PUERTA DE METAL FUERTEMENTE CERRADA; HABÍA OTRA SALIDA Y FUE CLAUSURADA CON UNA PARED
Ni ventanas ni salida de emergencia. El colmado Iván III, en el Ensanche Quisqueya, donde tres hombres murieron quemados la semana pasada, era una especie de bunker de seguridad pero también podía convertirse en una pira crematoria, y así fue.
Los tres empleados que allí dormían no tuvieron escapatoria cuando un fuego se desató en el interior de pequeño local que solo tenía una puerta de salida y ésta, como se acostumbra, también resultaban infranqueable, de metal y muy asegurada, para evitar los robos.
Cuando en la madruga del pasado lunes 14 de octubre los vecinos escucharon los gritos de una de las víctimas, trataron de ayudarlo. “! Don suero! ¡Don Suero!”, era la llamada desesperada que rompió el silencio de la noche y que escuchó la señora Gloria Santana de Thomas, quien reside en una casa ubicada frente al colmado.
Ella asegura que el incendio comenzó alrededor de la 1:00 AM de la madrugada y no a las 3:30, como habían notificado las autoridades. Dice que le extraño que los muchachos del colmado estuviesen llamando a Luis Suero, cuya vivienda está ubicada al lado del establecimiento comercial, a esa hora. Se asomó a la ventana y vio las llamas salir por el marco de la puerta.
En el momento en que ocurrió la tragedia, doña Gloria y su esposo aún se encontraban despiertos.
“Mi esposo y yo estábamos despiertos, eso (el incendio) fue a la una de la mañana. En ese momento, escuchamos cuando uno de ellos estaba llamando a Suero, un señor que vive ahí atrás, y entonces ahí nos preguntamos por qué lo están llamando a él de esa manera y a esa hora”.
Dijo que al momento del incendio las llamas salían por el marco de la puerta. “Toda la puerta estaba prendida en fuego”.
Explicó que ese grito fue la voz de alarma que les hizo saber, tanto a ella como a los demás vecinos, que el local que atendían Edwin Evelio Contreras, de 25 años; Norberto Flores, de 32, y Ángel Vinicio Castillo, de 40, se estaba incendiando.
Manifestó que dos unidades del cuerpo de bomberos se presentaron en el lugar; la primera, alrededor de media hora después que inició el fuego, y la segunda en un lapso de tiempo similar.
Además, señaló que el negocio era administrado por un cuarto empleado, Rolando Díaz, que según las declaraciones, no corrió con la misma suerte que sus compañeros, porque se encontraba libre ese fin de semana, por lo que él se reintegraría a sus labores el mismo día en que ocurrió la tragedia.
La señora, con pesar, calificó a los fallecidos como “unos muchachos muy buenos”, y que es una pena que sus vidas hayan terminado de esa manera.
Mientras que Isabel Alberto, quien reside a dos casas del colmado, dijo que cuando se despertó, luego de escuchar ruidos, vio cómo el fuego salía a través de los blocks calados, pero que cuando salió de la casa se percató de que el referido negocio se estaba incendiando.
“Escuché un ruido como que alguien estaba martillando un carro, y me levanté, y cuando me paro a ver por la ventana, vi ese candelazo que salía por lo blocks calados del colmado, y me puse las manos en la cabeza y le dije a mi esposo, ¡Ay! Es el colmado que se está quemando”, expresó.
Dijo que el sonido, a manera de “martilleo”, que ella había escuchado resultó ser de un joven que estaba golpeando la puerta del establecimiento para tratar de romperla, y que los demás vecinos se levantaron a hacer el mismo esfuerzo, pero que fue inútil, incluso con la llegada de la primera unidad de los bomberos.
Dijo que el señor Suero, a quien otro vecino había escuchado que uno de los fallecidos vociferaba su nombre, aseguró que no escuchó ninguna voz porque se encontraba durmiendo, y señaló que éste se despertó ya cuando las llamas se habían intensificado y no había mucho que hacer.
Continúa narrando que los miembros de los bomberos intentaron aflojar la puerta de entrada mojándola porque estaba caliente, y que, inclusive, estaba “dando corriente” a quienes hacían contacto con ella.
También declaró que el colmado que funcionaba antes de la instalación del Iván III, solía tener una puerta trasera, pero que luego de la llegada de la nueva administración, dicha salida fue clausurada.
“Si hubiese habido otra puerta abierta en la parte de atrás, eso (la tragedia) no pasa, porque ese local sí tenía una, pero parece que cuando estos compraron el negocio, la cerraron poniéndole cemento. Si esa puerta estuviera abierta, ellos se salvaban”, apuntó la señora.
Dijo desconocer las razones precisas del bloqueo de la segunda entrada, pero presume que el dueño lo haría por motivos de seguridad, por temor que su negocio fuese víctima de robos.
Por otro lado, dijo que los muchachos acostumbraban a dormir dentro del colmado en las denominadas camas “sándwich”, las cuales fueron encontradas consumidas por el fuego.
La señora calificó a las víctimas como hombres “buenos y serviciales”, e indicó que los residentes de ese vecindario aún no pueden dormir bien luego de la tragedia, porque aún se sienten afligidos por la muerte de Edwin, Ángel y Norberto.
BOMBEROS SIN EQUIPOS
Mientras que Luis Eduardo Thomas, nieto de la señora Gloria, asegura que él fue quien rompió la puerta del colmado con una mandarria para que la primera unidad de los bomberos pudiera entrar a sofocar el incendio debido a que estos no tenían en ese momento los equipos necesarios para ese tipo de casos.
Mientras que Luis Eduardo Thomas, nieto de la señora Gloria, asegura que él fue quien rompió la puerta del colmado con una mandarria para que la primera unidad de los bomberos pudiera entrar a sofocar el incendio debido a que estos no tenían en ese momento los equipos necesarios para ese tipo de casos.
“Cuando llegaron los bomberos, fue cuando nosotros pudimos acudir (en auxilio de las víctimas) y fui yo quien tumbó la puerta del colmado con una maceta. Ellos no vinieron con los equipos para eso; o sea, sin luz, sin oxígeno, ni nada”, indicó.
Continúa su relato al decir que luego de que los bomberos entraron a sofocar el incendio, solo habían encontrado dos cuerpos, pero que él les habría dicho a ellos que revisaran otra vez, al tiempo que les aclaró que en el lugar dormían tres personas, no dos.
“Inmediatamente que yo procedí a tumbar la puerta, entraron los bomberos a apagar el fuego. Luego que ellos apagaron, uno de ellos entró a ver dónde era que estaban los cadáveres, y lo que hizo fue entrar sin luz ni nada, y nosotros los vecinos le prestamos un foco, y cuando salió él dijo que solo habían dos cuerpos, así que nosotros le dijimos que revisara bien porque son tres que están durmiendo ahí adentro”, narró el joven Thomas.
Dijo que el tercer cuerpo, a quien no supo identificar y que supone fue quien habría hecho más esfuerzo por sobrevivir, fue encontrado dentro de un tanque de agua, y asume que él se habría metido allí producto de algún intento desesperado para salir de la situación.
Indicó que en los alrededores la humareda era intensa, y que momentos después fue que llegó la segunda unidad del cuerpo antiincendios, la cual trajo su linterna para poder continuar con las labores de lugar.
El joven dijo que no se explica “cómo es que tres hombres no pudieron abrir la puerta de ese local”, tras señalar que los hoy fallecidos acostumbraban a no ponerle candado ni por dentro, ni por fuera. Dijo que ellos solo colocaban el pestillo por dentro, y que dos dormían frente al mostrador, y otro en la parte de atrás.
Comenta que meses atrás el referido negocio había sido remodelado, donde zonas que se encontraban en mal estado, fueron reparadas con materiales nuevos; en el caso del techo, cuya cobertura de zinc se encontraba podrida, fue reemplazada por otra nueva, así como otros arreglos en el interior del colmado.
Yanira Álvarez, residente del lugar, dijo que se percató del incendio cuando escuchó a un vecino vociferar “¡fuego, fuego!”, pero que ya para ese momento los bomberos estaban presentes.
Mientras que Antonio Contreras, indicó que cuando ocurrió el siniestro, muchas personas se presentaron en el lugar para ver qué pasaba, y que los tres hombres fueron sacados muertos del interior del colmado.
Sobre las víctimas
Luis Eduardo dijo que de las tres víctimas, dos eran padres de familia y que ambos dejaron hijos en la orfandad.
Luis Eduardo dijo que de las tres víctimas, dos eran padres de familia y que ambos dejaron hijos en la orfandad.
Indicó que Ángel Vinicio Castillo dejó dos niños, una hembra y un varón; en tanto que Edwin Evelio Contreras, un niño de un año de edad. De Norberto Flores, no se dijo si dejó hijos.
Reveló que Evelio Contreras, habría comentado a Rolando Díaz, el encargado, que tenía planes de renunciar para abrir su propio negocio en Matanza, Baní.
Los tres tenían un promedio de 6 a 7 meses laborando en el colmado, tiempo que les habría permitido ganarse el cariño de los vecinos por el buen desempeño de sus labores, según comentó la señora Gloria.
Además, asegura que ellos fueron los que notificaron a Roberto Encarnación Pimentel, dueño del negocio, sobre lo ocurrido, por lo que él se habría presentado al lugar para ver cómo estaban las cosas.
Secundino Encarnación, taxista, manifestó que aunque no tuvo un relación muy cercana con los fallecidos, asegura que él, en medio de jornada laboral, siempre acostumbraba a detenerse a comprar agua en el colmado, y que ellos eran muchachos de buen trato y trabajadores.
El ambiente
El colmado Iván III, hoy es un local clausurado con las paredes quemadas, y un olor a humo que aún puede percibirse en sus alrededores. Reporteros de listindiario.com pudieron confirmar que el lugar no tiene ventanas ni salida trasera. Solo la puerta de metal frontal ennegrecida por el humo.
El colmado Iván III, hoy es un local clausurado con las paredes quemadas, y un olor a humo que aún puede percibirse en sus alrededores. Reporteros de listindiario.com pudieron confirmar que el lugar no tiene ventanas ni salida trasera. Solo la puerta de metal frontal ennegrecida por el humo.
Frente a la puerta principal del negocio, se encuentra un jarrón con flores, en señal de duelo por las tres víctimas del siniestro.
Los vecinos coinciden en asegurar que previo a la tragedia en el lugar no habían tenido problemas con terminales eléctricas, y que los administradores siempre dormían dentro del colmado, como una medida común para proteger el local.
En el lugar se detienen personas de lugares aledaños, a ver y tomar fotografías con sus celulares a la escena donde ocurrió el incendio.
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