Buzos de aguas profundas ingresaron ayer lunes por primera vez en el casco de una embarcación que se hundió con cientos de personas a bordo frente a esta isla italiana y recuperaron 38 cadáveres más de aspirantes a inmigrantes que perecieron en el naufragio.
La cifra de muertos por la tragedia del jueves ascendió a 232, y se cree que muchos más continúan desaparecidos.
La mayoría, o quizá todos, provenían de Eritrea e intentaban llegar a Europa en busca de asilo y una vida mejor. “(Los buzos) retiraron un muro de personas (fallecidas)”, dijo el capitán de la Armada Paolo Trucco. Los cuerpos “estaban muy enredados unos con otros; es indescriptible.
Estaban tan amontonados que era difícil retirarlos”, agregó. Los buzos con escafandras, pesos y cascos pesados pudieron trabajar 30 minutos cada vez.
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